Hay momentos en la vida en los que simplemente sabemos que algo debe terminar. No por falta de amor, ni de ganas, sino porque el alma lo necesita. Este proyecto, este espacio que fue tan mío y tan de ustedes, ha llegado a un punto en el que seguir se siente más como un peso que como un impulso.

No ha sido fácil tomar esta decisión. Cada palabra grabada, cada silencio compartido, cada emoción vertida aquí… han sido profundamente honestos. Y si algo me llevo de este viaje es la certeza de que abrí mi corazón sin reservas, aunque a veces doliera. Porque en la vulnerabilidad también hay belleza.

Este audio es una despedida, sí, pero no desde la tristeza vacía, sino desde la gratitud profunda. Agradezco a quienes estuvieron desde el primer episodio, a quienes llegaron tarde pero se quedaron, a quienes escucharon en silencio y a quienes me lo hicieron saber con palabras que siempre recordaré.

Me voy con el pecho lleno de lo vivido. Me voy sabiendo que este proyecto me transformó. Y aunque no sé si volveré, si habrá un nuevo comienzo en otro formato, en otro momento… hoy solo quiero honrar este cierre como se merece: con respeto, con emoción, y con esa melancolía dulce que aparece cuando algo importante se despide.

Gracias por estar. Gracias por escucharme ser.

Hasta luego.

— Andrés