L'Ultima Goccia es un establecimiento de renombre ubicado en la emblemática Mulberry Street, en pleno corazón de la ciudad de Nueva York. Se trata de una tradicional licorería que, a simple vista, parece uno de esos típicos comercios antiguos del distrito financiero —más precisamente en las inmediaciones de Wall Street—, donde los ejecutivos, oficinistas y transeúntes cotidianos pasan a tomar una copa rápida después de una larga jornada.

Sin embargo, detrás de sus puertas de madera pulida y su fachada decorada con luces tenues y carteles de época, se esconde una historia mucho más compleja y fascinante. L'Ultima Goccia es propiedad de la influyente familia Santorelli, una de las tantas familias italoamericanas con profundas raíces en los rincones más oscuros de la gran metrópolis. El local está actualmente bajo la administración directa de :-Dj-MiLy:-, un miembro clave de la familia, que ha sabido convertir el lugar en un punto de encuentro tanto para amantes de los buenos tragos como para personajes del bajo mundo que prefieren mantener sus actividades lejos del ojo público.

Lo que muchos desconocen es que en el sótano del local —oculto tras una puerta blindada en lo profundo del almacén— opera un taller clandestino altamente sofisticado donde se llevan a cabo todo tipo de falsificaciones. El producto estrella de esta operación son los pasaportes falsos, especialmente destinados a inmigrantes ilegales que llegan a los Estados Unidos buscando una nueva vida, pero que no cuentan con los papeles necesarios para insertarse legalmente en el país. Allí, artesanos del engaño trabajan día y noche replicando documentos con un nivel de precisión casi impecable, protegidos por la influencia que la familia Santorelli ha construido durante años.

L'Ultima Goccia es, en esencia, un lugar donde lo legal y lo ilegal se entrelazan, donde los brindis tapan los secretos, y donde cada copa servida en la barra puede estar acompañada de una transacción mucho más peligrosa en los pisos inferiores. Un rincón neoyorquino que combina el encanto del viejo mundo con la astucia del nuevo, sostenido por una red de poder, silencio y conveniencia.