Italy's Globe - La hipocresía: una danza de conveniencias y olvido
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La hipocresía: una danza de conveniencias y olvido

Graphion | 07/04/2025 11:31 | artículos de crítica

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Es curioso cómo algunos se sienten poderosos cuando logran manipular, cuando logran usar a los demás como peones en su juego de ajedrez. Se creen muy listos, esos que se acercan con sonrisas falsas y promesas vacías, como si no supieran que todos, absolutamente todos, sabemos lo que están haciendo. Pero claro, ellos actúan como si fuéramos tan ingenuos, como si no viéramos a través de su fachada. Cuánto más crecen, más necesitan alimentar esa mentira. Y de paso, nos usan, nos explotan, nos convierten en la pieza que falta para su estrategia, hasta que ya no somos útiles. Entonces, sin más, nos tiran al olvido. Y qué curioso, porque la mayoría se atreve a pensar que no lo notamos.


Pero claro, todo es parte del circo. Esa es la verdad que nunca se dice, pero todos conocemos. En el gremio, las personas son como actores que interpretan un guion que les conviene. Cuando no les sirven, nos convierten en un recuerdo fugaz, en una anécdota que apenas se menciona. ¿La moral de la historia? Si alguna vez pensaste que estaban de tu lado, o que realmente te consideraban, lamento desilusionarte: simplemente te estaban usando.


Claro, hay algunos que se ofenden cuando les señalan esto, pero la verdad es innegable. Mientras nos prometen lealtad y colaboración, lo único que buscan es hacer que su propia imagen brille, con o sin nosotros. La gran ironía de todo esto es que esos que te usan para su propio beneficio no tienen el valor de reconocerlo. No, no tienen esa clase de honestidad. Y lo peor es que, cuando ya no los necesitas, se deshacen de ti sin remordimiento alguno.


Pero ¿qué más se puede esperar de este teatro de marionetas? En un mundo donde la imagen es más importante que el contenido, el gremio se ha convertido en un escenario donde la hipocresía es la estrella principal. Los que se presentan como líderes no son más que expertos en manipular, en vender promesas vacías y en explotar lo que les conviene. Y cuando ya no tienen nada más que sacar, simplemente te dejan ir. Es el ciclo eterno de la conveniencia, y parece que todos nos acostumbramos a él.


Lo irónico es que, en este mundo, los que caen en esta trampa se creen los más astutos, cuando en realidad son los más patéticos. Creen que juegan al gran juego, pero en realidad solo están perdiendo su propia humanidad, su credibilidad, y su respeto. Todo por una imagen, por un poder efímero que, en el fondo, nadie respeta.


Así que, que se queden tranquilos. Ya sabemos cómo juegan, ya sabemos qué hacen. Y aunque crean que se sale con la suya, el verdadero precio es el vacío que dejan atrás, el mismo vacío que tarde o temprano los terminará tragando.