Tessaro se incorpora de nuevo con nosotros.
Graphion | 05/04/2025 09:36 | noticias
EL REGRESO DE LOS QUE NUNCA SE FUERON
Tessaro vuelve con pólvora, recuerdos y un grito de guerra que resuena como escopetazo en callejón vacío.
Hay familias que llegan, hacen ruido y desaparecen como humo en un tiroteo. Otras, como Tessaro, son más que una organización: son un símbolo, una grieta en la historia del gremio que nunca se termina de cerrar del todo.
La ultra polémica y conocida, amada y odiada por partes iguales, ha regresado. Sí, Tessaro. Aquella familia mítica, hija del caos y la leyenda, vuelve a marcar territorio con el sello indeleble de sus fundadores: los hermanos Tessaro. Su retorno no es simplemente una reapertura: es una reencarnación con todo el peso de la nostalgia y la osadía que siempre los caracterizó.
Y esta vez no lo hacen en cualquier casucha improvisada, sino que se montaron sobre una estructura inspirada directamente en el GTA: Vice City. ¿El resultado? Una Ammu-Nation pixelada que late como corazón criminal: dos pisos de puro rol, estética ochentosa y una ambientación que te grita al oído “esto no es un juego para amateurs”.
Planta baja: fachada legal, ilegalmente encantadora.
Una armería. Nada más. Nada menos. Desde rifles de asalto que parecen haber sido usados por Tommy Vercetti, hasta pistolas pequeñas que caben en la palma de la traición. El mostrador es limpio, la atención al cliente casi cortés. Pero todos saben que esa sonrisa del vendedor esconde pólvora detrás de los dientes.
Segundo piso: el alma del negocio.
Sin mesas para hablar de negocios… porque acá los negocios no se hablan: se cierran. Una barra seca, concreta, donde cada trago tiene sabor a decisión. Una zona privada, casi clandestina, donde se almacenan municiones, se fabrican armas y se teje, en silencio, la verdadera tela de araña del poder. Quien sube ahí no lo hace para mirar. Sube para entrar en juego.
Pero más allá del diseño, lo que realmente importa es lo que representa: el regreso de un monstruo dormido. Tessaro, lejos de reinventarse, vuelve fiel a su esencia: caótica, magnética, sin filtros, sin medias tintas. No buscan agradar. No buscan aprobación. Vuelven porque les da la gana. Y porque saben que cuando pisan el gremio, algo tiembla.
Y vos, lector, ¿te vas a hacer el distraído o vas a mirar de frente cuando Tessaro vuelva a apuntar?